Desde los inicios del recorrido del psicoanálisis Freud advirtió con inquietud que quienes se sentían más atraídos por la nueva ciencia, eran judíos. Temía que, si el psicoanálisis quedaba encerrado en un círculo marcadamente judío, no se reconociera la validez universal de sus descubrimientos y terminara sospechado de ocultismo y, despreciado por la ciencia occidental. Más allá de las vicisitudes históricas del movimiento psicoanalítico, una pregunta sigue concitando interés: ¿Es posible reconocer en la estructura lógica del discurso psicoanalítico alguna analogía que permita explicar la afinidad mencionada?
Norberto Rabinovich Blog