Toda sistematización de las normas sociales y el arreglo de sus instituciones, constituyen el fundamento de cualquier orden colectivo. Pero no puede desconocerse que el fundamento de tal fundamento, es la estructura del lenguaje y la equivocidad irreductible de las palabras. A partir de tal axioma, el autor propone que hay una relación lógica disyunta, de exclusión entre, por un lado, el comportamiento moral o religioso sostenido en la obediencia a las prescripciones del sistema normativo, y por el otro, el acto ético donde el sujeto asume la responsabilidad de interpretar, y con ello de elegir, el sentido, necesariamente ambiguo, de la regla a cumplir.
Norberto Rabinovich Blog