Una singularidad de la práctica analítica, a diferencia las psicoterapias que apuntan a ampliar, rectificar o modificar la conciencia del sujeto, reside en que un psicoanalista busca confrontar al sujeto con lo que insiste del inconciente. Para lograr tal propósito debe renunciar a nutrir el diálogo analítico dentro del circuito del discurso común, es decir usar su lugar de intérprete para ampliar o corregir los conocimientos de sus pacientes. Interpretar el inconciente es algo muy diferente de hacerlo saber. Es hacer que la palabra consuene en esa especie de caja de resonancia que es la estructura del inconciente […]
Norberto Rabinovich Blog