Publicación original: Servicio de Psicopatologia Hospital Penna C.A.B.A
La palabra impuesta
Asistiendo como oyente a las clases de Charcot, Freud quedó profundamente impactado por los efectos de la sugestión post-hipnótica que el maestro enseñaba. Aproximadamente 35 años después, en una obra que llamó “Compendio del Psicoanálisis”, escribió con detalle el fenómeno observado. “El médico (Charcot) entra en la sala del hospital, apoya su paraguas en el rincón, hipnotiza a uno de sus pacientes y le dice: ahora me voy, cuando vuelva Ud. saldrá a mi encuentro con mi paraguas abierto y lo mantendrá sobre mi cabeza. Entonces el médico y sus ayudantes abandonan la sala. En cuanto vuelve, el paciente que ya no estaba hipnotizado, lleva a cabo exactamente las instrucciones que se le dieron mientras estaba bajo la hipnosis. El médico le pregunta: ¿Qué esta haciendo? ¿Qué significa esto? El paciente queda claramente confundido, intenta alguna explicación como sólo pensé, doctor, que como llueve afuera, Ud. querría abrir su paraguas en la sala antes de salir. Esta explicación, evidentemente inadecuada e incoherente, se formula en el apuro del momento para ofrecer algún motivo a la insensata conducta. Es evidente que él ignora los motivos de ésta, pero nosotros sabemos cuáles son: estábamos presentes en el momento en que se hizo la sugestión que ahora realiza. Mientras que él nada sabe de la orden que está en la acción.”2