Publicación original: Blog de Frenando Mires
Como casi todos los pueblos de Latinoamérica los argentinos hemos padecido durante varios períodos el yugo de dictaduras militares. La lógica política de estos regímenes no es muy diferente de la que reinó a lo largo y ancho del planeta desde los orígenes de la historia: el que ejerce el poder (reyes, faraones, emperadores, señores feudales, etc.) se atribuye el derecho de imponer su voluntad al pueblo. Pueden o no invocar ser representantes de una autoridad superior, divina, pero detentan de hecho el derecho de ser sus intérpretes indiscutibles. Para sostener el orden dentro de esta lógica política, no se necesita otro recurso que la coerción y el castigo. Quiero decir, que no requieren que el pueblo tenga fe en sus versiones para subordinarse a su autoridad, aunque no excluye el intento de ganarse luego cierta popularidad.