La forma de decir de Norberto Rabinovich destraba las resistencias de los propios psicoanalistas. Porque nos encontramos con la dificultad de la revisión de un saber y sus efectos en la práctica. El pecado original del psicoanálisis posee pasajes básicos, emblemáticos, sustanciales, y un planteo que desata en el lector cierta discontinuidad en el hábito de leer una frase siempre igual.
El autor juega una apuesta fuerte: afirmar que las consecuencias del acto analítico se miden centralmente en la pérdida de consistencia de la universal mentalidad religiosa en el ser hablante. En su fundamentción, Norberto relanza el debate sobre la religiosidad, la fe, las garantías supuestas, etc. en contraposición a los efectos que el trabajo del analista, por su lectura, hace restallar una verdad censurada.
Por su tono, su perseverancia y su coherencia lógica, el dinamismo del libro incita a leerlo de nuevo, y es allí donde aparecen ciertos detalles que irradian una nueva luz sobre el alcance del psicoanálisis.