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Categoría: Publicaciones

Enfrentar a Dios

El mito fundacional del discurso monoteísta, la Torá, lleva inscripto el nombre Israel como custodio y portador del mensaje de Dios. Esta referencia no puede ser un detalle menor cuando se trata de analizar la lógica del relato bíblico. Sin embargo escasean los estudios sobre este elemento clave.

Logos, dogma y verdad en las religiones monoteístas

La teología cristiana afirma que la verdad de Dios, revelada solo parcialmente a Israel, alcanzó su plena revelación a través de Jesús. Con esto, el estatuto de la verdad divina se desplaza, desde su original apoyatura en la materialidad de la letra, hacia el campo de la palabra y el logos. Dios conserva su función y su poder en el Nombre pero la fe cristiana también propone suponerlo en el campo del Otro.

El Nombre de Dios y el estatuto de la verdad

Desde los inicios del recorrido del psicoanálisis Freud advirtió con inquietud que quienes se sentían más atraídos por la nueva ciencia, eran judíos. Temía que, si el psicoanálisis quedaba encerrado en un círculo marcadamente judío, no se reconociera la validez universal de sus descubrimientos y terminara sospechado de ocultismo y, despreciado por la ciencia occidental. Más allá de las vicisitudes históricas del movimiento psicoanalítico, una pregunta sigue concitando interés: ¿Es posible reconocer en la estructura lógica del discurso psicoanalítico alguna analogía que permita explicar la afinidad mencionada?

Bosquejos de una distinción lógica entre la conducta moral y el acto ético

¿Hay diferencias entre un código moral y un código de ética? ¿Qué criterios permitirían distinguir entre prácticas morales y prácticas éticas? ¿Qué puede aportar el psicoanálisis a esta problemática? El empleo de la palabra ética y la palabra moral siempre estuvo sujeto a diversos supuestos y convencionalismos relativos a la doctrina de referencia, a la época, el grupo social, etc. En filosofía, en derecho, en el discurso religioso, en el discurso político, y en otros campos, es frecuente que se empleen ambos términos de manera indistinta o distinguidas con criterios confusos y poco rigurosos.

El incesto

A la luz de la enseñanza de Lacan, la cuestión del incesto y particularmente del goce incestuoso, suscita un sinnúmero de problemas teóricos en relación al planteo freudiano, que a mi juicio, aún distan de estar suficientemente esclarecidos en nuestro ámbito. A fin de profundizar la discusión planteada, parto de la siguiente pregunta: ¿la llamada “tendencia incestuosa” es del orden del deseo o del de la pulsión?

Análisis de la transferencia

El dispositivo analítico posee algunas virtudes que permiten, más allá de la comprensión teórica que tenga el analista de su oficio, un relativo progreso del sujeto en relación a sus inhibiciones, síntomas o angustias. Pero resulta muy difícil evaluar cuántos de estos beneficios son precarios, simples efectos sugestivos parásitos del dispositivo y cuáles pueden ser considerados efectos analítico.

¿Por qué el Cartel?

1) El grupo encarna, para quien pertenece a él, el lugar imaginario del Otro, y requiere de un sujeto (líder, jefe, maestro, etc) que sea su representante – representante del Otro, que no existe- para sostener su consistencia. Las “necesidades del grupo” demandan que cada integrante sea una pieza del todo (unidad del grupo). Es lo que determina una permanente tensión entre las “necesidades del grupo” y “las necesidades del sujeto”. Freud captó claramente esta dialéctica y subrayó que las “renuncias” del sujeto a su singularidad para asegurar y fortalecer la consistencia imaginaria de la unidad, engendra por otra parte, empobrecimiento (masificación) y malestar en el sujeto.

¿Puedes perderme?

Freud y Lacan ubican el pináculo del goce al que tiende el ser hablante en la muerte. Éste, insistimos, es el punto más oscuro e incomprendido que ha planteado el psicoanálisis y también el punto donde radica su mayor originalidad. Este libro, en última instancia, es un estudio que gira en torno a esta hipótesis central y fundamental. No se trata de aceptarla o rechazarla sino de interrogarla a fin de reconocer las razones de tan temeraria afirmación, comprender su alcance y su eficacia en la explicación de los fenómenos que el psicoanálisis aborda.